- Un conflicto postelectoral agravaría la crisis: Valenzuela
- Los ministros electorales no son confiables
Llevar la elección de la presidente nacional al tribunal electoral implicaría el “grave riesgo” de dejar en manos del gobierno de derecha una decisión que única y exclusivamente compete a los militantes del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
En consecuencia, señaló Camilo Valenzuela, “si no queremos enfrascarnos en una pugna postelectoral interna, que además, el PRD no está en condiciones de aguantar por la debilidad organizativa e ideológica en que se encuentra, insisto en que el menor costo político es posponer la elección del 16 de marzo”.
En estos momentos, ejemplificó, para la mayoría de militantes, la realidad de encono, descalificaciones y guerra sucia entre los grupos que simpatizan con Jesús Ortega y Alejandro Encinas, augura una férrea lucha por el poder a partir del día 17, ya que es seguro que ninguno de ellos aceptará la derrota y echando mano de las irregularidades del proceso, que las hay muchas, es seguro que impugnarán el resultado.
De ser así, lo que “no fuimos capaces de resolver nosotros” lo tendríamos que dejar en manos del tribunal electoral cuyos integrantes están supeditados a los dictados del gobierno de derecha. “Y si no confiamos en nosotros mismos como candidatos, como militantes, como políticos, cómo es que vamos a confiar en gente ajena y contraria al partido”.
“Desde mi punto de vista, precisó Camilo Valenzuela, el gobierno ilegítimo de la derecha le está apostando a un escenario de mayor crispación en el interior del PRD por la debilidad que ello le provocaría, y sería una irresponsabilidad y grave error llegar a esa situación” porque entonces el partido sería incapaz de encabezar y encausar el descontento social derivado de la intención de privatizar petróleo y electricidad, de las contrarreformas del ISSSTE y judicial, y la ofensiva contra sindicatos.
Insistió en que no hay que darle muchas vueltas, “estamos en la antesala de un conflicto postelectoral al que hay que darle una salida política, por sobre los beneficios meramente personales y de grupo que se quieran obtener una vez lograda la presidencia nacional del PRD”, y lo más sensato y conveniente para el partido, es posponer la elección a junio para empatarla con el cambio de las dirigencias municipales”