TRABA LA "CULTURA PRIISTA" EL AVANCE PARTIDARIO: VALENZUELA

Jorge Octavio Ochoa
El Universal Sábado 15 de marzo de 2008
Ala luz de lo ocurrido en la contienda por la dirigencia nacional del PRD, Camilo Valenzuela —uno de los cinco aspirantes— admite ver en el partido un “poco de todo”, de los epítetos que se lanzaron los candidatos: “corrompido, antidemocrático, clientelar, faccioso, vertical y autoritario”.
Advierte, incluso, que fue un error de Andrés Manuel López Obrador apoyar a Alejandro Encinas, también candidato a la presidencia del sol azteca. Opinó que una cosa es manifestar una preferencia y otra es convertirse en su “manager y promotor”.
Más bien, considera que debiera de encabezar la construcción de la Convención Nacional Democrática (CND) de abajo para arriba, con democracia participativa y no seguir tratando al movimiento patriótico como “seguidores”.
En entrevista, Camilo Valenzuela asegura que en 2005 López Obrador se equivocó al imponer a Leonel Cota Montaño, “un hombre que no sabe nada de política de masas”, y que ahora nuevamente lo hace al promover a Encinas, “un hombre que desde hace mucho tiempo es como la espuma en la avena, siempre está arriba”.
En su opinión, el error de Andrés Manuel López Obrador se profundizó al utilizar al “gobierno legítimo” y a la CND para promover a un “designado”.
En marzo, en la plenaria de la Convención Nacional Democrática, López Obrador “mandó” a Encinas a presidirla, en obvia utilización de este espacio para la pugna interna del PRD, dijo.
Para Valenzuela, esto es parte de la “clásica cultura priísta que expresa el peso que ha adquirido en el perredismo y el obstáculo en que se ha convertido para el desarrollo del partido”.
Opina que el futuro de López Obrador como líder principal del movimiento patriótico y democrático depende de que cambie visiones y métodos de trabajo.
No lo ve como candidato en 2012, ya que por la gravedad de la situación nacional, esgrime, habría que plantearse una estrategia de liberación nacional de México.
“Si él persiste en esa visión que ve a la gente como seguidores y no como el poder popular que debe organizarse de abajo para arriba, con espacios para discutir y decidir las líneas, creo que su liderazgo se va a deteriorar y no va a potenciarse como lo requiere una disputa por la nación”, señala.
Sin embargo, no comparte la idea de convertir al Partido de la Revolución Democrática en la columna vertebral del Gobierno Legítimo, de la CND y del Frente Amplio Progresista.
Advierte la posibilidad de impugnar el proceso electoral del Partido de la Revolución Democrática del domingo. “No estamos en el plan de otorgar un cheque en blanco a nadie”.
“Después del proceso analizaremos, como expresión política, la posibilidad de impugnar”, señala con gesto adusto.
Asegura que tanto Jesús Ortega como Alejandro Encinas son corresponsables de la crisis que vive ese partido, del empobrecimiento extremo de la vida interna y el debilitamiento de su vida organizada.
La mayoría de los comités de base no existen, los municipales no funcionan. Los estatales y el nacional operan más como esferas operativas que como base de discusión y de trazo de línea política, comenta el veterano experto en movilizaciones sociales.
Dice que se está sobreestimando el peso de las cúpulas en el proceso y el nivel de inconformidad y transformación que ha crecido en el sol azteca.
Asevera que el Partido de la Revolución Democrática continúa siendo el principal referente político de izquierda mexicana.
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